COMENTARIO del Blog. Dgo16 Tpo. Ord C.B (Mc.6.30-34)
REUNIR A LOS HIJOS DE DIOS
Dgo 16.tpo. Ord. C.B. Mc.6,30-34
Nunca habían significado nada para nadie. Nadie jamás se había detenido a dirigirles la palabra. Cuando encuentran a Jesús, que les trata con humildad, cariño, respeto aquella pobre gente le escucha, le siguen están muy a gusto con él. Escuchan de sus labios que Dios les quiere, que son sus preferidos, que tiene preparado para ellos un gran banquete, el banquete del Reino.
Frente al formalismo, formulismo, legalismo y rituales farisaicos, Jesús alimenta a las gentes con la abundancia de su Palabra que ilumina, libera, consuela y hace comunidad.
La Palabra del Maestro transmitida por gentes sencillas a sus pares en su convivencia fraterna compartiendo el Pan, hacen que los reunidos cristianos vayan constituyendo verdaderas fraternidades, donde todo se aprende a compartir.
En el principio fue la comunidad, pasa el tiempo, el cristianismo se transforma en un fenómeno social, cuando todos somos “católicos” entonces se pasa de la comunidad a la “masa practicante”, nos volvemos clientes de la oferta religiosa de los grandes templos, Jesús vuelve al principio, ahora no en la aldea, sino en las grandes ciudades.
No hay cristianismo sin comunidad, se ha dicho; Juan Pablo VI ha expresado “El que se ha convertido de verdad al Señor se incorpora a una comunidad cristiana” Jesús vive y muere “para congregar a los hijos de Dios que están dispersos” (Jn 11,52).
Francisco nos dice constantemente, no hay que inventar nada, se trata simple y sencillamente de ser fieles al Evangelio. Los laicos, los sacerdotes tenemos que preguntarnos seriamente porque nos cuesta tanto llevar a la practica el proyecto básico de Jesús; la comunidad. ¿ Qué cristianismo nos hemos inventado por nuestra cuenta?
¿ Somos víctimas del individualismo religioso, recordamos que nos envió en grupo, que nos dice: donde más de dos nos reunamos en su nombre ahí estará él; que el conocernos, ayudarnos, acompañarnos, en pequeñas comunidades nos realizamos, fortalecemos para la lucha diaria; luego sí; el domingo reunirnos en la gran comunidad parroquial reunión de pequeñas comunidades.
Qué diferencia experimentaremos el día que volvamos a las raíces de las enseñanzas de Jesús.
El recordado cardenal Martini decía ”No se conformen con ser cristianos de ritos y rezos, conformen una comunidad donde se lea y practique la Palabra de Dios, sin Palabra y sin comunidad, no hay cristianismo posible”
Comentario de La Palabra, Dgo 16° Tpo Ord. C.B. Mc.6.30-34.- Versión libre de El Don de la Palabra, autorizada por el autor, realizada por J.E Bernadá.-
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