Lo alimentó con sus libros, fue su amigo, lo admiró como el profeta de los pobres y hasta escribió su biografía en clave de crucificado, pero nunca quiso que fuera oficialmente canonizado. Sin embargo, el teólogo de la liberación, Jon Sobrino , llegó a Roma para ser añadido a la fiesta universal de San Romero de América . Para acompañar a su gente que, en medio de tanto dolor, recibió una enorme alegría.
El informe es José Manuel Vidal , publicado por Religión Digital , 15/10/2018. La traducción es el Cepat.
Cansado, con sus casi 80 años, acompañados por una persona que bate que sirve, pero tremendamente lúcido, teólogo vasco naturalizado salvadoreño confiesa su amor al arzobispo de San Salvador: "Yo vivía con Romero tres años, me encontré con él, comer, beber , ¿qué más quieres?".
Sin embargo, Sobrino se mantiene fiel a sus principios . Es que él y otros teólogos de la liberación no quería que la Iglesia lo canonizasse, por lo que no se puede aprovechar, no domesticado.
En su evaluación, " Romero era un ser humano, un cristiano y un gran arzobispo, excelente. Que lo canonicen o no es secundario ", dijo.
Pero también reconoce que "desde que fue organizado y Francisco tuvo el valor de ir en contra de lo que los papas anteriores habían dicho, la gente se alegraron también."
Y, lógico, él también se alegra, pero no porque lo hayan subido a los altares: "Los intelectuales, como este humilde servidor, también nos alegra, porque las personas se alegran, aunque yo continúe pensando, como algunos otros, que no era necesario canonizarlo ".
"Un regalo, Romero , Dios pasó por El Salvador ", dijo Ignacio Ellacuría , que era un compañero de Sobrino también asesinados por el ejército salvadoreño, junto con otros cinco jesuitas y dos mujeres se hizo cargo de su hogar.
Y, para conectar con el presente, el teólogo de la liberación (que aún no ha sido oficialmente rehabilitado o informalmente, por el Vaticano) añade que "la Iglesia en la salida , lo que dice el Papa, era real en El Salvador en los años 70 y 80 ". Más aún y precisamente por eso, "muchos sacerdotes (casi una veintena) fueron asesinados, muertos por gente que iba a misa".
Y antes de que un grupo de amigos toman casi volando nos lleva a sus artículos sobre el "legado Romero " y vuelve a repetir la frase. "No estoy contento por el hecho de que, en fin, lo hayan hecho santo. Estoy contento porque muchas personas se complace en ello ".
No hay comentarios:
Publicar un comentario