“Seres benévolos y palpables movieron las piezas de un superior ajedrez, situándolas en posición favorable, y acá estoy, agradecida, emocionada”, dijo ayer Ida Vitale cuando se convirtió en la quinta mujer en ganar el premio más importante de la lengua española. En 1980, Juan Carlos Onetti había sido el primer uruguayo en recibirlo, y casi 40 años después lo obtuvo Ida, la poeta que también conoció de cerca la libertad, su escasez y su ausencia. “Lección de humildad y erudición”, así tituló su nota El País de Madrid,
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