Bolsonaro cumplió una promesa. El año pasado, candidato a presidente de derecha. Concurrió al mayor evento evangélico en Brasil como un candidato presidencial. Prometió regresar como jefe del Estado si ganara. Evidentemente, es también un cálculo político. El contingente de evangélico sigue creciendo en Brasil . Ellos ya rondan el 30% de los 200 millones de habitantes. En el Congreso , el banco biblia acompañan a esta expansión. aunque Bolsonaroes se dice católico - todavía esta mañana visitó un monasterio de Clarisas -, su actual esposa es evangélica, así como sus hijos. "Ustedes fueron decisivos para cambiar el rumbo de Brasil", proclamó ante la multitud. "Todos saben que nuestro país tiene problemas de ética, moral y económicos. Pero sabemos que podemos ser el punto de inflexión ". "Soy un presidente que dice que el Estado es laico, pero soy cristiano", subrayó.
El informe es Naiara Galarraga Gortázar , publicado por El País , 21/06/2019.
El presidente declaró que podría intentar ser candidato nuevamente en la próxima elección. "Si tiene una buena reforma política, puedo incluso deshacer la posibilidad de reelección. Ahora, si no tiene una buena reforma política y si la gente quiere, estamos ahí para continuar otros cuatro años", dijo a periodistas tras el evento.
La Marcha para Jesús organizado por la Iglesia Renacer en Cristo , hace 27 años se lleva a cabo en San Pablo, siempre en el día de Corpus Christi , con la colaboración de otras denominaciones puñado de evangélicos . El año pasado reunió a 1,5 millones de fieles. El presidente ultraconservador tiene un mucho que agradecer al neo-pentecostal , que puso en gran medida su fe ante la urna. En este grupo, tuvimos 68% de los votos, frente al 50% de los católicos . En la noche de su victoria, su primer gesto fue protagonizar una oración televisada con un pastor. Con él, buena parte de la agenda de ese colectivo (heterogéneo, insisten los especialistas) llegó a la cima del poder.
En el caso de las mujeres, los jóvenes, las parejas ... una marea de fieles se sumó a esta inmensa fiesta que combina música a todo volumen, de grupos que canta gospel y rock cristiano en los techos de los autobuses, danzas coreografiadas o no, predicaciones de pastores, y la oración. Es como un carnaval, donde el fervor religioso reemplaza el libertinaje. El alcohol y mucho más banderas de Israel de Brasil . "Es un día en que tenemos libertad para cantar, bailar y divertirnos. En mi iglesia ahora puede (danza), pero el primero era muy estricta ", dice el peluquero Maria Eduarda Martin , 20, que vino con algunos primos y otros parientes.
Oídos los participantes estaban más dispuestos a hablar de Dios - las respuestas que les ofrecen, cómo sus vidas cambian - que el presidente o la política. Pero la enfermera Rita Pereira , de 57 años, está convencido de que " Dios escogió a Bolsonaro a transformar a Brasil", lo que hace buena falta, porque "estos son días malos. .( Así decían en Alemania en el nacimiento de Hitler.)
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