"Si las mujeres tienen que esperar la igualdad hasta que el patriarcado exclusivamente masculino se despierte, renuncie al poder y decida transformarse, esperarán para siempre. Esto no es justicia, y no es lo que nuestros antepasados del sufragio desearían para nosotros". escribe Jamie L. Manson , maestro de teología en la Escuela de Divinidad de Yale, en un artículo publicado por National Catholic Reporter , 23/10/2019. La traducción es de Moisés Sbardelotto .
Aquí está el artículo.
El 26 de agosto marca el centenario del día en que se consagró el derecho al voto de las mujeres en la Constitución de los Estados Unidos [en Brasil , el derecho se ganó en 1932]. La aprobación de la 19ª enmienda fue el resultado de más de 80 años de disturbios, manifestaciones y cabildeos de mujeres. Algunos sufrieron encarcelamiento y fueron alimentados a la fuerza cuando se declararon en huelga para protestar por su encarcelamiento.
El momento celebrado como el "comienzo" oficial del movimiento sufragista fue la primera convención de derechos de la mujer celebrada en 1848 en Seneca Falls , Nueva York . Una semana antes del evento, los organizadores colocaron un anuncio en el periódico local, anunciándolo como una convención "para discutir la condición social, civil y religiosa y los derechos de la mujer".
Incluso en esos primeros días de la lucha por el sufragio, las mujeres se dieron cuenta y hablaron abiertamente sobre la necesidad de igualdad no solo en el gobierno, sino también en la Iglesia .
Al celebrar el centenario del sufragio , es importante que las mujeres , especialmente las católicas , recuerden los argumentos que plantearon los antisufragistas en su oposición al derecho de voto de las mujeres. Suenan inquietantemente similares a los argumentos actuales de la jerarquía católica contra el poder de decisión de las mujeres en la Iglesia y contra la ordenación de mujeres .
La razón por la cual las mujeres no disfrutan de ninguna forma de liderazgo en la Iglesia se debe esencialmente a su enseñanza de que Dios ha asignado a hombres y mujeres roles separados y distintos en la sociedad y en la Iglesia.
Esta idea de que las mujeres y los hombres son esencialmente diferentes apoyó muchos argumentos en contra del sufragio e incluso podría encontrarse en boca de mujeres anti-sufragio , que eran muchas. Frances Cleveland , esposa de los presidentes 22 y 24 de los Estados Unidos, Grover Cleveland , escribió la famosa frase de que "los roles masculinos y femeninos han sido asignados durante mucho tiempo por una inteligencia superior".
Miedo masculino
Mientras tanto, los hombres antisufragistas temían que el derecho al voto de la mujer destruyera la familia al perturbar y alterar el orden del hogar. Aparecieron carteles que mostraban a los maridos tratando desesperadamente de cuidar a los bebés, mientras sus esposas los gobernaban. En una imagen notable, llamada " Virgen sufragista ", se representa a un hombre como María sosteniendo al niño Jesús.
Quienes hoy se oponen al hecho de que las mujeres tienen poder de liderazgo en la Iglesia también se basan en la retórica de los valores familiares y los rígidos roles de género. Más de un Papa ha dicho que la Iglesia estaría dividida si se permitiera a las mujeres realizar los deberes que Dios desea que sean realizados exclusivamente por hombres.
Algunos anti-sufragáneos demonizaron a las mujeres que querían votar, alegando que querían ser hombres. Esto recuerda una idea que el Papa Francisco repite a menudo que las feministas son “chovinistas con faldas” y que el feminismo “pone a las mujeres al nivel de una batalla vengativa”.
Como escribí en 2013, el lenguaje de Francisco sugiere que "la igualdad de trato ante la ley y una posición igualitaria en la sociedad deben entenderse como si las mujeres estuvieran tratando, como hombres vengativos vestidos de mujer, de afirmar su superioridad sobre los hombres".
Jorge Bergoglio nació en 1936, mucho después de que las mujeres obtuvieran el voto en los Estados Unidos , pero incluso su retórica moderna encajaría perfectamente con la brigada anti-sufragio del cambio de siglo.
Otros opositores al sufragio femenino utilizaron un argumento que todavía escucho de algunos católicos. Los antisufragistas argumentaron que las mujeres no deberían obtener el voto porque estarían contaminadas por el mundo rudo y sucio de la política. Creían que, de alguna manera, estaban protegiendo a las mujeres impidiéndoles emanciparse.
Esto me recuerda a los católicos progresistas y bien intencionados que argumentan que el sacerdocio es tan corrupto y que el clericalismo es tan sórdido que las mujeres no deberían estar expuestas a él. Deben esperar, sugieren estos católicos, hasta que se reforma el sacerdocio. Las mujeres son muy puras y muy buenas para someterse al sacerdocio, y mucho menos desearlo.
Si las mujeres tienen que esperar por la igualdad hasta que el patriarcado exclusivamente masculino se despierte, renuncie al poder y decida cambiar, esperarán para siempre. Esto no es justicia, y no es lo que nuestros antepasados del sufragio desearían para nosotros.
Mujeres opuestas
Las mujeres antissufrágio pueden ser grandes oponiéndose a la lucha por emancipar a las mujeres. Muchos afirmaron que las mujeres ni siquiera tenían que querer votar. Según " The Vote " , la nueva serie de PBS , Gilbert Jones , nuera del fundador de The New York Times , dijo que había habido mucho progreso para las mujeres en los últimos 50 años, pero señaló que se había logrado sin el voto. Y Annie Nathan Meyer , fundadora de Barnard College , no vio ninguna razón para que las mujeres obtuvieran el voto y dijo que dudaba que hiciera alguna diferencia.
Las mujeres antissufrágio creían que ejercían una influencia indirecta. Pero, por supuesto, eran blancos y ricos, y tenían acceso a legisladores y jueces. Pero su argumento no es diferente de los que creen que tener sacerdotes casados es un "paso en la dirección correcta" para las mujeres, porque permitiría a las esposas e hijas tener algún control indirecto sobre los hombres en el poder. También me recuerda a las mujeres que dicen que no quieren ser sacerdotes porque ya tienen un papel único y especial en el ministerio de la Iglesia .
Lo que muchos todavía no se dan cuenta es que hacer a las mujeres verdaderamente iguales en la Iglesia tiene que ver con más que ordenarlas. Se trata de reconocer que las personas de todos los géneros son iguales a los ojos de Dios, un reconocimiento fundamental para que las mujeres logren la emancipación y el acceso a la libertad y la autoridad en su Iglesia.
Y si una Iglesia tan grande, poderosa e influyente como la Iglesia Católica dice que las mujeres merecen el mismo poder, tendría un impacto incalculable en los países, culturas y sociedades que tratan a las mujeres y otras minorías de género como inferiores.
Las sufragistas negras y queer entendieron bien cómo el poder directo y la igualdad son cruciales. Cualquier celebración de las heroínas de la 19ª Enmienda debe reconocer el racismo de muchos de sus principales líderes, como Susan B. Anthony y Alice Paul , que querían silenciar y borrar a las mujeres negras para avanzar en su propia agenda de sufragistas.
La palabra " sufragio " proviene del término latino para juicio o voto. En inglés antiguo, también significa una serie de oraciones de intercesión. Hoy, las mujeres católicas están acogiendo este doble encuentro y dirigiendo la campaña sufragista “ Votos por las mujeres ” directamente en el Vaticano .
Voto sinodal
Durante los dos últimos Sínodos de Obispos en Roma (la juventud, en octubre 2018 y el Amazonas en octubre de 2019 ), hubo manifestaciones que fueron noticia en frente de la del Vaticano Congregación para la Doctrina de la Fe , la oficina de defensa de la ortodoxia de la enseñanza oficial de la Iglesia.
La primera protesta estalló en octubre de 2018, con un grupo de 20 mujeres y hombres de seis continentes que gritaron " Que las mujeres voten ". La manifestación terminó con la invasión de la policía romana, deteniendo a los manifestantes y confiscando sus pasaportes. El incidente llevó al New York Times a llamar al movimiento ya sus líderes, Kate McElwee y Deborah Rose-Milavec , "sufragistas modernas".
Al año siguiente, durante el Sínodo de 2019, las dos activistas salieron de noche por las calles de la Ciudad del Vaticano con un pequeño proyector, proyectando imágenes de su logo “ Votos por las Mujeres ” en las imponentes puertas de la Congregación para la Doctrina de la Fe , en obelisco de la plaza de San Pedro y murallas aurelianas.
Aunque no todos en el movimiento creen en la ordenación de mujeres (por cierto, defender el tema sigue siendo un delito sujeto a excomunión), todos pueden estar de acuerdo en que ya es hora de que las mujeres tengan al menos un voto en el sínodo.
La campaña “ Votos para las mujeres ” ha ganado tanto impulso que la comunidad benedictina de mujeres en Basilea , Suiza , viajó en autobús a Roma para manifestarse frente al Vaticano durante el Sínodo de octubre de 2019. ¿Su reclamo? En ese Sínodo se le concedió el derecho a voto a un hermano religioso , pero ninguna de las 20 monjas invitadas al Sínodo tuvo este privilegio, aunque los religiosos y las religiosas comparten el mismo estatus canónico. El sufragio universal es una fuerza unificadora entre las mujeres católicas de hoy.
Harriot Stanton Blatch , periodista abolicionista e hija de la pionera del sufragio Elizabeth Cady Stanton , fue recordada por decir: “Debes mantener el sufragio cada minuto frente al público, para que se acostumbre a la idea y hable de ella, de acuerdo o en desacuerdo ".
Ya sea votando por mujeres en la Iglesia o en el estado , creo que todos podemos estar de acuerdo en que ella tenía razón, y las mujeres católicas están haciendo precisamente eso.
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