Revisando actas Cristina encontró una del 2005, donde festejamos los 80 añitos de Antonio en casa de Graciela-Osvaldo. Decimos cumple 96 años porque Antonio es uno de los "personajes" inolvidables de nuestra comunidad, Él nos enseñó como ninguno a saborear la esperanza de la llegada a la CASA del PADRE donde nos esperan verdaderos banquetes.
Antonio, el cura de los "dos lados del mostrador" como gustaba definirse; de jovencito trabajó en la dura tarea del obrero de la construcción junto a su padre, dejaba la obra e iba a la PITMAN para prepararse al examen bancario, entre labor y estudio, ingresó al banco donde se desempeñó por varios años.
Con Antonio nos conocimos bien de casualidad, se realizaban unos encuentros interparroquiales zonales, en mi calidad de responsable parroquial laico (Inm. Corazón de María, zona dos) correspondía asistiera. En ese momento teníamos un párroco nuevo, Wagner argentino, que desconfiaba de las organizaciones laicas, cuando se enteró me comunicó que a la reunión iría él en persona porque quería ver de que se trataba. La reunión era en la calle Caraguatá, parroquia en es momento de una congregación que no recuerdo el nombre. De todas formas concurrí a la reunión; no puedo describir la cara que puso el párroco cuando me vio !! Evidentemente me mantuve alejado, escuchando a los disertantes. Uno de ellos un cura que me sorprendió gratamente, no muy joven pero tampoco muy veterano, terminada la reunión Wagner se retiró rápidamente; yo traté de intercambiar algunas palabras con ese cura de ojos celeste, que todos le decían Antonio. Salimos, el cura Antonio, se fue en un Ford A, otra maravilla, ésta mecánica. Llegué a casa y el comentario con Cristina fue conocí un cura que sería notable para tenerlo en el grupo, me dijeron es el párroco de La Merced.
El domingo fuimos a la parroquia, al terminar la celebración fuimos al patio, para qué !! se acercó el párroco increpándome que cuando da una orden es para cumplir.....no me quedaba otra opción que dar un paso al costado, o mejor dicho unos cuantos pasos e ir a La Merced.
Así lo hicimos, el cura al terminar la celebración caminaba unos pasos hacia el público y micrófono en mano preguntó alguien vino por primer vez a la parroquia ? levantando la mano nos pregunta el nombre y de donde venimos, contestamos sin dar mayores detalles, otros se presentaron y nos da la bienvenida deseando no sea la primera y última visita.
Sucesivas celebraciones y en una vamos a saludarle a la sacristía y luego de conversar le propongo nos visite en la Comunidad SanFelipeySantiago,; lo piensa y nos dice sacando una libretita, qué día se reúnen, le explicamos el régimen de encuentros y nos dice no les prometo nada tengo muchas reuniones pero voy a ir un viernes. Vino ese viernes y muchísimos viernes por catorce casi quince años sellando una amistad de hierro.
Antonio el impredecible, una tarde me llama y me dice ven por casa que tengo algo para vos. Allá voy, me estaba esperando, me dice; una ricacha de Carrasco quedó viuda, me dio esta ropa, toda inglesa él finado fue director de una empresa de viajes y se compraba todo en Londres, vi este sobretodo y dije para Eduardo, con bufanda y todo!! El barrendero del barrio llegaba a eso de las 11 por casa de Antonio, sabiendo le esperaba con una picadita y una grapita, una sola para que recuperes fuerzas no más le decía. Los fines de semana barría el la cuadra. Cientos de anécdotas de Antonio, hombre sencillo, humilde, servidor sembrador de Evangelio, lo dicho continuas con nosotros en cada encuentro.
Ceb.SanFelipeySantiago
Lindo recuerdo. Lo conocí cuando formaba parte del Equipo de Catequesis de Adultos, con Roberto Viola, Socorro y Eloisa. Que placer!
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