viernes, 24 de marzo de 2023

COMENTAMADILENE.- 5°Dgo.CUARESMA. "PARA QUE TENGAN VIDA ABUNDANTE"

                 YO CREO,   ¿Y TÚ?

Este Evangelio me conmueve profundamente, y después de la pandemia del covid19 más aún.

Mi hermana Bárbara, tenía 43 años, un hijito lindo de 15 y su compañero de vida;   se contagió un jueves, la internaron un domingo, a fines de agosto de 2020, en Brasil, Itajaí, en Santa Catarina, dónde vivían con mi madre también, y nunca volvió a  casa.

A los pocos días ya estaba grave en CTI, intubada y demás, fue entonces que la familia decidió que nos reuniéramos por zoom cada día a las 20 horas para orar y pedir por su sanación.

Hecho que no ocurrió. Después de 40 días en esa situación, falleció el 3 de octubre.

  ¿Pero qué ocurrió entonces?

Como somos muchos los integrantes, hay de todas las religiones, espiritistas de Alan Kardek, budistas, umbandistas, evangélicos y católicos (no praticantes) y yo. Naturalmente cada uno empezó a traer su oración a “su dios” , al principio yo rechazaba en mi interior la eficacia de esas oraciones, aunque acompañaba, pero empecé a percibir el amor que circulaba entre nosotros, pidiendo por ella, y sin darme cuenta empecé a aceptar que todo se elevaba a un mismo Dios.

 Un día se me ocurrió traer la Biblia,  leí un pasaje e hice una reflexión y di pie a la oración con esa Palabra,  simultaneamente comenzaron a traer  sus Biblias al encuentro y a pedirme que les predicara alguna Palabra y así hice, pero hubo un día en que leí la resurrección de Lázaro, y fue muy fuerte para todos;   todos se pararon, cada uno en donde se encontraba y empezaron a empujar la roca del sepulcro, para que saliera Bárbara al llamado de Jesús, y lo hicimos durante varios días, empujábamos con mucha fuerza esa roca…. Pero Bárbara no salió hacia nosotros, sino que fue hacia Jesús y la vida eterna.

El resultado aparente era el fracaso.   El llanto. La tristeza. La no aceptación del desenlace, etc. No hubo más zoom y cada uno se fue con su dolor.

Algún tiempo después, empecé a ver lo bueno que nos había dejado esa experiencia.

A mi me abrió la cabeza y el corazón, logré aceptar a todos de verdad, el saber que no somos los dueños de la verdad y por más que predicara, y leyéramos la Biblia, y empujáramos la roca, ella murió.

Otros encontraron fe en el dolor. Otros el leer la Biblia, orar. Y todos se unieron, aunque había diferencias, la familia quedó unida.

Esa experiencia me enseño a aceptar la voluntad de Dios cuando no coincide con la nuestra, aunque sea bueno lo que pedimos. ,  A aceptar que no conocemos los planes de amor de Dios para nosotros.

 Seguir a Jesús significa aceptar todo eso y más, y no dejar de pedir, porque Jesús se solidariza con nosotros, sufre con nosotros, y saca un bien de todo mal.

El milagro es seguir creyendo cada día.    Creer a pesar de las circunstancias. Contar con el consuelo y el apoyo de los que nos rodean, como los judíos que consolaban a Marta y a María. Creer en la resurrección, aunque aún no la podemos ver con nuestros ojos humanos, solo desde la fe.

Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.    ¿Crees tú esto?” Ella le contestó: “Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.

Yo creo eso que dijo Jesús, ¿y tú?

Madilene.

 

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