Casualidad, causalidad. José Antonio Pagola, reflexiona: Experiencia decisiva.
29 de mayo de 2024
- “Después de veinte siglos tal vez sea necesario recordar algunos rasgos esenciales de la Última Cena del Señor, tal como fue recordada y vivida por las primeras generaciones cristianas”.
- “No hay nada más central y decisivo para los seguidores de Jesús que la celebración de esta Cena del Señor”. El artículo es de José Antonio Pagola , teólogo español, comentando el Evangelio del Cuerpo y Sangre de Cristo – Ciclo B (Marcos 14,12-16,22-26), publicado por Religión Digital , 27-05-2024.
Aquí está el artículo. Naturalmente, la celebración de la Misa ha cambiado a lo largo de los siglos. Según la época, los cristianos resaltaron algunos aspectos y descuidaron otros. La misa ha servido de marco para celebrar las coronaciones de reyes y papas, rendir homenajes o celebrar las victorias bélicas. Los músicos lo convirtieron en un concierto. El pueblo lo integró en sus devociones y costumbres religiosas... Después de veinte siglos, tal vez sea necesario recordar algunos rasgos esenciales de la Última Cena del Señor , tal como fue recordada y vivida por las primeras generaciones cristianas. En el fondo de aquella cena hay una firme convicción: sus seguidores no quedarán huérfanos. La muerte de Jesús no puede romper vuestra comunión con él. Nadie necesita sentir el vacío de tu ausencia. Sus discípulos no están solos, a merced de las vicisitudes de la historia. En el centro de toda comunidad cristiana que celebra la Eucaristía está Cristo vivo y activo. Aquí está el secreto de tu fuerza. La fe de sus seguidores se alimenta de él. No basta con asistir a esta cena. Los discípulos son invitados a “comer”. Para alimentar nuestra adhesión a Jesucristo necesitamos reunirnos para escuchar sus palabras e introducirlas en nuestro corazón; necesitamos acercarnos a la comunión con Él , identificándonos con su estilo de vida. Ninguna otra experiencia puede ofrecernos alimento más sólido.
“Cuerpo entregado” y “sangre derramada” No debemos olvidar que “comulgar” con Jesús es comulgar con alguien que vivió y murió “entregándose” completamente a los demás. Así insiste Jesús. Su cuerpo es un “cuerpo entregado” y su sangre es “sangre derramada” para la salvación de todos. Es una contradicción acercarse a la “comunión” con Jesús resistiendo la preocupación por cualquier otra cosa que no sean nuestros propios intereses. No hay nada más central y decisivo para los seguidores de Jesús que la celebración de esta Cena del Señor . Por eso tenemos que cuidarlo tanto. Bien celebrada, la Eucaristía nos moldea, nos une a Jesús, nos nutre con su vida, nos familiariza con el Evangelio , nos invita a vivir en actitud de servicio fraterno y nos sostiene en la esperanza del reencuentro final con Él.
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