HECHO DE VIDA.-Breve pero inolvidable historia...
Mi escuela se llama Países Bajos, ubicada en Avda. Agraciada y José B. Freire, Parque Bellán
Se
entraba por Avda. Agraciada, el primer
día de clase fui de la mano de mi vecina Marina, tenía dos hijos Linda y Pepe,
más grandes que yo.
Recuerdo con mucho cariño el poquito tiempo
pasado en mi querida escuela, apenas seis meses.
La
señorita maestra era muy buena. Se llamaba Tita, usaba lentes muy gruesos. Yo me sentaba en la fila
del medio, mi compañera de banco se llamaba María del Pilar Valverde y vivía en
la calle José Freire enfrente a la peluquería de don Tabares.
Iba en el horario de la mañana y todos los días
salíamos al patio a izar la bandera y cantábamos;
“Sube
banderita sube, sube sin cesar dile a la
luna y al viento que escuche nuestro cantar….”
Recuerdo la alegría con que esperaba el sonar del timbre, para salir corriendo a la cocina,
allí una señora Maruja nos servía un jarro de leche con un pancito
porteño bien gordito y rico.
Un día toda la alegría estalló en pedazos, era una mañana gélida de agosto del
año 1951. Casi transcurrido medio año, por decisión de mis mayores a cargo
me sacaron de mi querida escuela y me pusieron a trabajar de niñera con cama.
… Para mayor tristeza desde la terraza de aquel apartamento de la calle
Agraciada se veía y escuchaba toda la alegría de mis ex compañeros jugando en
los recreos de mi querida
escuelita…
Lloré y lloré a escondidas sintiendo enorme
tristeza, tenía ocho años recién
cumplidos!!
¡ Cómo me gustaría
tener una foto con mi túnica
blanca y moña azul!!!
Relato escogido del libro editado por la
I.M.M. “Historias de la escuela!”
Autora: Iris Teresita López Rolón
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