jueves, 3 de julio de 2025

COMENTAMADILENE.- Que nuestra mayor alegría sea: por haber amado, acompañado, defendido y levantado con coraje a los más pequeños.

 

“No se alegren de que los espíritus se les sometan, alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo”.

Esta frase de Jesús nos recuerda que el valor una vida no está en el poder, ni en los logros visibles, ni siquiera en las experiencias espirituales extraordinarias, sino en la relación verdadera y profunda con Dios, lo que importa más que cualquier éxito es pertenecer al Reino de Dios, vivir como hijas e hijos,  y tener esa comunión que nos da sentido y esperanza eterna.

Estamos en un mundo que valora lo externo, y Jesús nos invita a centrarnos en lo eterno, inscritos en el corazón de Dios. Vivir con fidelidad, humildad y amor cada día, incluso cuando no se vea.

Nuestra mayor alegría debe venir de saber que somos amados por Dios, y que Él nos conoce por nombre y que tenemos un lugar en su Reino. Eso nos da libertad, paz y nos centra en lo que importa.

Desde esa luz también se hace necesario, con dolor pero con esperanza, levantar la voz contra los abusos dentro de la iglesia, de todo tipo.     No es posible anunciar con credibilidad el Reino si se silencian las heridas de tantas personas dañadas, por actitudes contrarias al evangelio, en la corrupción económica, la opulencia y el apego a los cargos de poder, o encubrimientos de injusticias que contradicen al Jesús servidor.

Hoy más que nunca la iglesia necesita testigos, no funcionarios, pastores con olor a ovejas, no administradores del prestigio eclesial.

Que nuestra mayor alegría sea, como dice Jesús, sabernos inscritos en el cielo por haber amado, acompañado, defendido y levantado con coraje a los más pequeños.

Madilene julio 2025.

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