Un sorbo de belleza
El
silencio y la luz se besan.
De esta noche constelada germina
la palabra aún palpitante, como un fulgor que revela el misterio de la alegría.
Renace así la claridad del asombro,
el hambre insaciable
por sentir en mi entraña
el eco más humano y su latido.
Y la persistente insatisfacción,
al no poder saborear sino
un escaso y leve sorbo de la agridulce
embocadura de la belleza.
De esta noche constelada germina
la palabra aún palpitante, como un fulgor que revela el misterio de la alegría.
Renace así la claridad del asombro,
el hambre insaciable
por sentir en mi entraña
el eco más humano y su latido.
Y la persistente insatisfacción,
al no poder saborear sino
un escaso y leve sorbo de la agridulce
embocadura de la belleza.
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