Querido Francisco
Obispo de Roma
En tus manos está la difícil tarea de conducir la nave de la
Iglesia universal. Asumiste tu responsabilidad con lucidez, valentía y una
inmensa fe.
Hoy nos convoca la situación del destacado y muy querido
teólogo Hans Küng, el profesor, como él prefiere que lo llamen
. Todos conocemos
la situación de salud en que se encuentra y la generosidad de tus palabras:
“Quedo a disposición”. Te pedimos que des un paso más, que le devuelvas su
condición de “teólogo católico” que le fue retirada hace tanto tiempo; rehabilitación
justa y necesaria, que nos iluminará a todos con la luz de un Don muy preciado
que Dios entregó a la humanidad, la libertad.
Te lo pedimos nosotros con la certeza de que él no lo va a
hacer. Sabemos que no es fácil tomar la decisión de activar el proceso del caso
Küng, pero tenemos sobradas pruebas que te has especializado en temas difíciles y transitas el camino que
te ha tocado, con un compromiso
cristiano profundo, inundado de humanidad comprensiva y amplia, pero también
desafiante para con los problemas de la Iglesia y del mundo actual.
Manuel Freijo (catedrático emérito de la UNED), nos cuenta algunas
de sus expresiones: “Estoy a la espera, preparado para despedirme en cualquier
momento”.
Hans Küng sabe como cristiano que “no peregrina hacia ninguna
parte”, “no es la nada nuestra última morada (…) sino el Misterio, al que
algunas religiones, entre ellas el cristianismo, llaman Dios”.
Se acerca el fin de sus días, él piensa en la muerte y en
cómo realizar el tránsito hacia el Misterio, nos permitimos decir con nuestras
palabras hacia el Amor eterno.
Es hora de devolverle lo que no pide, pero sin duda se
merece. La Iglesia será la primera en beneficiarse, realizando un acto de
reconocimiento justo y pleno de amor.
Confiamos esperanzados, que la rehabilitación de Hans Küng se
haga realidad, y oramos por ello.
Salud y paz querido Papa Francisco.
Montevideo,
Uruguay
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