Posted
by Rocío Lancho García on 13 October, 2016
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- “Lo que nos une es mucho más
que lo que nos divide”. Por eso “podemos continuar con confianza nuestro
camino ecuménico, porque sabemos que, más allá de muchas cuestiones abiertas
que todavía nos separan, ya estamos unidos”. Así lo ha indicado el papa
Francisco esta mañana, en el encuentro con unos mil participantes de un
peregrinación ecuménica de luteranos, que ha viajado desde la región de
Lutero en Alemania y ha terminado en Roma.
Después de su discurso, el Santo Padre ha respondido a
algunas inquietudes que le han planteados algunos de los presentes. “El
proselitismo es el veneno más fuerte contra el camino ecuménico”, ha
asegurado el Papa ante la pregunta sobre qué hacer para convencer a los que no
tienen fe. “La última cosa que tienes que hacer es ‘decir’. Tú debes vivir
como cristiano elegido, perdonado y en camino. No es lícito convencer de tu
fe”, ha explicado. Al mismo tiempo ha aconsejado “preparar la tierra para el
Espíritu Santo, el que trabaja en los corazones. Él debe decir, no tú”.
Los “grandes reformadores de nuestras Iglesias” son los
santos, ha respondido el Papa a otra pregunta. Son “los hombres y las mujeres
que siguen la palabra de Dios y la practican”. Quizá no son teólogos –ha precisado–
pero son gente humilde con el alma inundada de Evangelio.
Finalmente, un estudiante de teología le ha preguntado al
Pontífice qué le gusta y qué no le gusta de los luteranos. “Me gustan los
luteranos buenos, los que siguen la fe de Jesucristo. No me gustan los
católicos tibios y los luteranos tibios”, ha asegurado. De este modo, ha
recordado que “no se puede ser cristiano sin practicar las bienaventuranza,
sin hacer lo que Jesús nos enseña en Mateo 25”.
Además, ha querido subrayar una contradicción, de los que
quieren defender el cristianismo en occidente y por otro lado están contra
los refugiados y las otras religiones. Es hipócrita –ha concluido– decirse
cristiano y expulsar a un refugiado, un hambriento, uno que necesita ayuda.
“Si yo me digo cristiano y hago estas cosas, soy un hipócrita”.
El testimonio que el mundo se espera de nosotros –ha señalado
el Papa en su discurso leído al inicio del encuentro– es sobre todo el de
hacer visible la misericordia que Dios tiene con nosotros a través del servicio
a los más pobres, a los enfermos, a quien ha abandonado la propia tierra para
buscar un futuro mejor para sí y para sus seres queridos. “Al ponernos al
servicio de los más necesitados experimentamos estar ya unidos: es la
misericordiosa de Dios la que nos une”.
El Santo Padre ha querido dar gracias a Dios porque luteranos
y católicos, “estamos caminando en el camino que va del conflicto a la
comunión”. Tal y como ha recordado el Papa, se ha recorrido ya “una parte
importante del camino”. Y a lo largo de este camino se han encontrado
sentimientos contrastados: “dolor por la división que todavía existe”, pero
también “alegría por la fraternidad ya encontrada”.
La presencia numerosa y entusiasta de este peregrinación –ha
observado el Papa– es un signo evidente de esta fraternidad, y llena de
esperanza de que se pueda continuar creciendo en la recíproca
comprensión. Asimismo, ha recordado que a finales de este mes viajará a Lund,
Suecia, y junto con la Federación Luterana Mundial recordarán, después de cinco
siglos, el inicio de la reforma de Lutero y darán “gracias al Señor por
cincuenta años de diálogo oficial entre luteranos y católicos”.
Del mismo modo, el Papa ha explicado que parte esencial de
esta conmemoración será “dirigir nuestra mirada hacia el futuro” para dar un
testimonio cristiano común al mundo de hoy, que “tanta sed tiene de Dios y de
su misericordia”.
Finalmente, el Pontífice ha invitado a los jóvenes a ser
“testigos de misericordia”. Por eso les ha pedido que mientras los teólogos
llevan adelante el diálogo en el campo doctrinal, ellos continúen buscando
“con insistencia” ocasiones para encontrarse, conocerse mejor, rezar juntos y
ofrecer su ayuda los unos a los otros y a todos los que lo necesitan. Y
así, libres de todo prejuicio y fiándose solo del Evangelio de Jesucristo que
anuncia la paz y la reconciliación, serán “verdaderos protagonistas de una
nueva estación de este camino, que, con la ayuda de Dios, conducirá a la
plena comunión”.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario