Ariel Alvarez Valdés, argentino es licenciado en Teología Bíblica por la Facultad Bíblica Franciscana de Jerusalén. Hace años se dedica a la divulgación popular de la investigación científica de la Biblia. Ha publicado múltiples libros sobre el tema. En esta publicación tomaremos el tema por él tratado que titula.-
¿ NO HABÍA LUGAR EN LA POSADA PARA MARÍA?
La historia que nos contaron.-
Una fría noche de diciembre, de hace más de 2000 años una joven pareja de esposos marchan camino a Belén. El emperador romano ordenó un censo en todo el imperio, cada súbdito debía ser empadronado en su propia ciudad. José el carpintero debía censarse en Belén. María en avanzado estado de gravidez viajaba montada en un burro, más de ciento cincuenta kilómetros desde Nazaret. El viaje fue agotador. José al llegar a su ciudad se sintió más tranquilo, abrigaba la esperanza de encontrar albergue rápidamente.
El censo hizo que todos los albergues estuvieran llenos por el mismo motivo, todos acudieron a su ciudad natal. Buscó por todos lados sin encontrar lugar. Finalmente encontró una cueva, que servía de guarida a los animales, María se movía dificultosamente, el momento se acercaba. Allí en la soledad de la cueva dio a luz a su primogénito y lo recostaron en el pesebre es decir donde se colocaba la paja para comer los animales.
Porque los hombres a los cuales venía a salvar le cerraron las puerta.-
¿ Eso relata el Evangelio?
Lo relatado es lo escuchado cada llegada de la Navidad. Plantea dos serios problemas. Primero no concuerda con el relato de Lucas. Éste no afirma en ninguna parte que María llegó en el momento del parto, el texto dice “estando ahí se le cumplieron los día del alumbramiento” (Lc.2,6) Tampoco dice hayan estado de casa en casa, de posada en posada buscando alojamiento. Entonces por qué María y José se alojan en una cueva refugio de animales.
La imprudencia de José.-
José venía por pocos días, no era obligatorio que viniera María, bastaba que estuviera el jefe de familia, por qué fue tan imprudente viajando en ese momento para María. El varón justo y previsor, no previó un lugar decente, si el mismo era de Belén y volvía a su ciudad Belén, no tenía una casa donde alojarse? Consideremos que la hospitalidad para los pueblos de oriente era cuestión de honor, resulta muy extraño nadie diera lugar.
Estos cuestionamientos indican un callejón sin salida. Veamos, todo radica en la traducción de una palabra, hicimos una lectura errónea del Evangelio, a la cual se le agregó imaginación y fantasía.
El vocablo griego “katályma” tiene la culpa, fue mal traducido, la mayoría lo traducen por posada, albergue, hospedaje. Así traducida esta palabra la frase del Evangelio dice: “no había lugar para ellos en la posada”. En el griego tiene otro significado, es el de habitación, cuarto, es decir, una parte especial de la casa, más bien apartada, o reservada.
LA KATÁLYMA.-
Qué era realmente la “katályma, en donde no había sitio para ellos. Para entender a Lucas, nos ubicamos en Palestina, donde las casas eran de un solo ambiente, llegada la noche se tendían las esteras y se descansaba. En esa pequeña habitación giraba la vida del hogar. Además de esa sala las casas tenían otro pequeño ambiente reservado para eventuales huéspedes.
HABITACIÓN de las PARTURIENTAS.-
Esta habitación se utilizaba también cuando la señora estaba por dar a luz. La costumbre judía cuando la mujer paría quedaba impura, ella, el recinto y los objetos utilizados por la pérdida de sangre, para los judíos quedaba aislada socialmente y ante Dios. De ahí las precauciones tomadas a la hora del parto y el porqué se utilizaba la “katálima”. No es correcto lo que traducen las Biblias, es decir era una habitación separada, preparada para estas ocasiones.
Aclarado el significado y su contexto se aclaran algunas interrogantes, el texto evangélico parece más coherente y la figura de José vuelve a adquirir relieve como padre responsable y previsor.
Sugiero leer todo el relato del Evangelio a la luz de esta nueva explicación, sin interpretaciones arbitrarias ni añadidos espurios.
CON UNA MUJER EMBARAZADA.-
José se entera del censo ordenado por Roma, decide trasladarse de Galilea a Belén su ciudad natal. La lógica del relato sería mejor que María se quedara en Galilea mientras José va por el censo a Belén y vuelve, ya que no era necesario que ella fuera, más en su estado. Pero si José resuelve llevarla es porque piensan radicarse allá con su parentela, su carpintería y sus posesiones. Pensamos nuevamente que si la trae es para radicarse definitivamente en su propia casa. Para ello se pusieron en marcha con el debido tiempo para evitar dificultades de último tiempo.
LA INTIMIDAD de la CUEVA.-
Ya dijimos la ciudad estaba colmada de gente con motivo del censo. También María y José habrían alojado en su casa a parientes y amigos. Es entonces llegada la hora del parto, que María advierte a José no había lugar para dar luz digna y discretamente, sin molestar y sin ser molestada y sobre todo sin convertir en impuros a todos los habitantes de la casa. Más claro aún, no había lugar en la habitación de la casa, ni en la “katályma”. Para no incomodar se retiran a la gruta-establo, que todas las casas tenían y tienen para albergar al ganado. Y allí, en la gruta-establo acondicionada por José lo mejor que pudo, empezó el trabajo de parto, las demás mujeres le ayudaron, colocándolo en la cuna arreglada con heno fresco y lo cubrieron con un paño blanco.
PARA ELLOS NO HABÍA LUGAR.-
Lucas, un tipo preciso en detalles, aclara que; “para ellos no había lugar”, para otros había, pero el tema de la tradición y el ritual de la impureza les estaba vedado un lugar común. Quedamos que el nacimiento es en su propia casa y en el establo acondicionado por José, aclaremos que tampoco nació rodeado de animales, volvemos a precisar que José lo previó todo. El buey, el asno, las ovejas y otros elementos son agregados con los años y siguiendo El proto Evangelio de Santiagio (14, 1-2) libro apócrifo y de ninguna manera del Nuevo Testamento.-
Que en el griego “katálima” significa habitación reservada de una casa y no POSADA, lo confirma el episodio de la última cena, donde Jesús da indicaciones a Pedro y Juan; “lleguen hasta la casa y díganle al dueño de casa, dice el maestro prepare la “katályma” en la que podamos comer la Pascua” es decir no pide vayan a la posada, sino a la casa…
OTRA PRUEBA
En la parábola “del buen samaritano”, Lucas relata; “ qué aquel llevó al herido hasta una posada, utiliza la palabra “pandojeión” para referirse a ella y no el vocablo “katályma”.
En Belén según los arqueólogos, existe la gruta que durante siglos se identifica por los peregrinos cómo la auténtica del nacimiento. En lugar de la humilde vivienda del carpintero y María se levanta una imponente basílica.
UN JOSÉ COMO DIOS MANDA.
Quedamos que los relatos que nos han llegado son deformaciones de los tiempos, en los cuales el carpintero José quedaba como un padre irresponsable negligente, que metió a su mujer en una inhóspita gruta infectada de animales. Todo es una triste deformación. José el carpintero, el de Belén fue un verdadero padre y un auténtico esposo para María, resultando su papel esencial para el plan de Dios.
LA ENSEÑANZA QUE NOS QUEDÓ.-
Concluyendo, la casa bajo el techo en que nació Jesús era el suyo. Su padre legal la había acondicionado para el momento, razones circunstanciales cambiaron los planes, otros necesitaban arropamiento, José en un gesto solidario acondiciona el establo. Dicen los psicólogos que las experiencias prenatales recibidas influyen determinantemente en los niños. Sea como fuere, este suceso ilustra desde un principio cual será la educación que recibirá el recién nacido.
Jesús no nació pobre porque las circunstancias así lo exigieron, sino por una determinación libre de José. Y cuando creció, decidió abrazar perpetuamente la pobreza, a la que le fue fiel durante toda su vida. Vivió pobre, compartió lo que tenía, se rodeo de los más necesitados, comió lo que le daban, murió en la más absoluta indigencia. Jamás exigió nada para él, ningún privilegio. Cuando alguien necesitaba un lugar donde reponerse, él bajaba al establo.-
Al fin y al cabo su padre José así se lo había inculcado.
La versión completa de este relato en;
¿ QUE SABEMOS DE LA BIBLIA?
De Ariel Alvarez Valdés
Editorial San Pablo.
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