"Crece la atracción por las fuerzas vinculadas a la ideología de derecha , en la misma proporción en que aumenta el rechazo de las organizaciones vinculadas a cualquier ideología social transformadora ", escribe el P. Alfredo J. Gonçalves , cs, vicepresidente de SPM - Río de Janeiro.
Aquí está el artículo.
Bolsonaroes un jugador de las tinieblas. Apuesta por los laberínticos y tortuosos callejones del caos. Cuanto más oscuras y obtusas sean las circunstancias del momento, mayor será tu perversa habilidad en el juego de la confusión y la controversia. Es inútil esperar algún tipo de lógica de él, o de su secta de fanáticos. En lugar de un discurso racional, articulado y argumentativo, prevalece el principio de “cuanto peor mejor”. En el ambiguo terreno de todas y cada una de las crisis, comienza a sembrar disputas, discordias, violencia y una avalancha de noticias falsas o distorsionadas, en la perspectiva de la recolección de votos. Para ello, y bajo la barba del capitán, se creó la llamada “oficina del odio”. Los oponentes son tratados como enemigos, siempre bajo fuerte fuego de ataques, ofensas y difamación. De él y sus compinches, no podemos esperar un diálogo político que, aunque tenso y conflictivo,
La explicación de esta apuesta por el caos es sencilla. Toda crisis genera un miedo generalizado en la población. Y el miedo es a menudo el sentimiento que se comparte más rápida y fácilmente. Si y cuando se alimenta de información hábilmente fabricada y desajustada, se desata una sensación de caos, así como inestabilidad social. Una situación tan resbaladiza, a su vez, puede llegar al borde del terror, del pánico de un abismo sin fondo. De ahí una búsqueda desesperada de orden y seguridad. El suelo inestable bajo los pies lleva a poner la libertad a los pies de quien ofrece un trozo de pan (o “ auxilio de emergencia ”). Este salvador, con raras excepciones, encarna la figura de un poder fuerte, patriarcal y autoritario. Prueba de ello se encuentra en Trump , en Estados Unidos. Estados , y Bolsonaro , en Brasil . En ellos, el autoritarismo es la negación de la autoridad, así como el populismo neutraliza la acción popular.
En esta línea de pensamiento, el contexto crítico de la llamada “ transición de época ” en la que vivimos, y que se ha profundizado desde las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI, allana el camino para el avance de los gobiernos de extrema derecha. También explica la bandera ideológica del nacionalismo populista. Los momentos de rápido ascenso social, económico y político, por un lado, y los tiempos de decadencia y declive, por el otro, tienden a ser generosos con los oportunistas de todo tipo. La incertidumbre histórica, la inestabilidad social, el vértigo personal, los horizontes nublados y el sinsentido son factores que, combinados y entrelazados, constituyen el terreno fértil para el nacimiento y florecimiento del oportunismo. La década de 1930, justo después de la caída de la bolsa de valores de Nueva York, en octubre de 1929, seguida de la gran depresión, es un ejemplo de ello. Luego se fortalecieron los regímenes totalitarios de Hitler , Stalin , Franco , Salazar , Mussolini ...
Olas de turbulencia se ciernen sobre nuestras frágiles embarcaciones. Los gemidos, gritos y sufrimientos de la población son más como golpes de náufragos, supervivientes solitarios de una tormenta. Se aferran a la primera línea de vida, la primera mano extendida. Cabe mencionar el libro El miedo a la libertad , de Erich Fromm. También es necesario tener en cuenta que en tiempos fuertemente marcados por la crisis, el caos y el vértigo, el electorado tiende naturalmente a la derecha. Implícita e instintivamente, teme los cambios y las noticias. Teme todas y cada una de las interrupciones que puedan escapar al control de los responsables. La tendencia, por el contrario, es asumir actitudes predominantemente conservadoras, con la mirada puesta en el pasado y la tradición. Ante la incertidumbre, rara vez cambiamos la ruta conocida por la ruta desconocida.
Por eso, en ocasiones similares impregnadas de dudas, las masas populares prefieren apostar por el mantenimiento del orden, por la estabilidad social y política, por la continuidad del statu quo. Crece la atracción por las fuerzas vinculadas a la ideología de derecha, en la misma proporción en que aumenta el rechazo de las organizaciones vinculadas a cualquier ideología social transformadora. Barajar las cartas del juego hasta el punto de que todos los involucrados se sientan inseguros, incluso en medio de una pandemia , es una forma de plantar inestabilidad e inseguridad, para cosechar el voto de los incautos. El miedo, la crisis y el caos provocan ceguera y favorecen a los tiranos y las tiranías.
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