martes, 22 de junio de 2021

IHU. Adital.- BRASIL.-"entre los impactos de la crisis se encuentran la pérdida de trabajo y el aumento de las acciones de desalojo, principalmente por el impago de los alquileres, que han puesto a muchas familias en la calle".

      IHU.- Relata lo que sucede en Brasil,  parece hablara de nosotros.-    Para  galardón de nuestro gobierno;  Bolsonaro declaró :  Uruguay  hace y piensa como nosotros,  además de luchar con la herencia del gobierno comunista.    Qué  honor !!

  En Brasil, no hay un muestreo general de  poblaciones  sin hogar y este es un gran desafío para la concepción de políticas públicas efectivas dirigidas a estas personas, así como a la investigadora Juliana Reimberg.   Pero si faltan datos precisos, hay imágenes e informes de este flagelo urbano.  Hoy en día, incluso en las ciudades de tamaño mediano se observa a muchas personas viviendo en la calle. En las grandes metrópolis, como São Paulo, Juliana no sólo nota el aumento de esta población, sino también un cambio de perfil. "Históricamente la mayoría de las personas en esta situación son hombres no acompañados. Sin embargo, en los últimos años, se nota un crecimiento de familias, mujeres y ancianos en situación de calle", señala, en la entrevista concedida por correo electrónico al  Instituto  Humanitas Unisinos -   IHU.

También señala que son familias enteras que no tienen techo y viven en viviendas improvisadas en espacios públicos. "Considerando principalmente el contexto de la pandemia de Covid-19,este aumento puede justificarse por los impactos de la fuerte crisis económica que vive el país", dijo. Y añade: "entre los impactos de la crisis se encuentran la pérdida de trabajo y el aumento de las acciones de desalojo, principalmente por el impago de los alquileres, que han puesto a muchas familias en la calle".

 Sin embargo, Juliana destaca que las razones de las personas que tienen la calle como única opción siguen siendo diversas. Las mujeres, por ejemplo, tienen esto como la única manera de salir de una realidad de abuso y violencia doméstica. Esto hace que el diseño de políticas públicas sea aún más desafiante, porque la simple construcción o aumento de vacantes en albergues ya no explica esta compleja realidad. "Además de las pocas vacantes de acogida para mujeres, personas mayores y sobre todo para familias, observo que las lógicas de este servicio no tienen en cuenta las especificidades de estos perfiles", señala.

Así que en la práctica, muchas familias tienen que ser separadas. "Lo que se nota es que además de la separación familiar, lo que ocurre en esta dinámica esque la mujer es la encargada de cuidar a los niños y adolescentes, mientras que el hombre debe buscar algún ingreso para sacar a la familia de esa situación. Así, la propia política de asistencia social termina reproduciendo desigualdades y perpetuando la división sexual del trabajo", señala.

 Por ello, pensar en políticas de atención a estas personas requiere mucho más que la cama y la comida, aunque esto es clave. Para Juliana, esto no debería ser una responsabilidad solo de departamentos o departamentos de asistencia social, sino de una acción multisectorial integrada. "Es necesario que otras áreas del gobierno se involucren con la agenda de la población sin hogar, como la salud, la empleabilidad, la vivienda, la cultura, los derechos humanos, la educación. Además, también es fundamental destacar que las personas sin hogar son sujetos activos que deben participar en la construcción de las políticas que están destinadas a ellas", resume.

 

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