- Un indecible etnocidio, un genocidio herodiano, un inmenso ecocidio amazónico y una aporofobia mortal, inmoral e insensible;
- Documentos importantes promovidos por el Papa Francisco y que deberían haber sido tomados en serio por los niveles de decisión política y económica para evitar este desastre;
- Es hora de llorar con los que lloran, de gritar la indignación del silencio ensordecedor y de visualizar el evitable horror de quienes se escondían tras intereses indecibles.
El comentario es de Marcelo Figueroa , publicado por L´Osservatore Romano , 29-01-2023 .
Brasil, América Latina y el mundo entero conocen con horror, indignación y asombro la situación de desolación y muerte del pueblo yanomami en la Amazonía.
Esta población altamente vulnerable del Brasil profundo está de luto por cerca de seiscientos niños que fallecieron por enfermedades hoy extintas en otras partes del planeta, deplorables situaciones generales de salubridad, desnutrición en todas las edades y los más atroces efectos fatales derivados del extractivismo descontrolado .Estas situaciones han sido advertidas en los últimos años por la iglesia, organizaciones humanitarias y movimientos indígenas, y no han sido escuchadas ni silenciadas. Gracias a ellos, ahora lacerados delatores, la prensa mundial se ha volcado, ante tanta evidencia, a visibilizar a los invisibles de siempre y dar voz a los que han sido silenciados durante siglos . Pero el tiempo no puede volver atrás. Dejó espacio para un indecible etnocidio , un genocidio herodiano , un inmenso ecocidio amazónico y una aporofobia mortal, inmoral e insensible.
A todas las voces proféticas y valientes quisiera agregar algunas que formaron parte de importantes documentos promovidos por el Papa Francisco y que debieron ser tomados en serio por los niveles de decisión política y económica para evitar este desastre.
Equipo del SUS trabajando en el Territorio Yanomami . (Foto: reproducción | SUS)
Ya en el documento de clausura del Sínodo de la Amazonía , se percibía este dramático problema: “Una de las principales causas de destrucción en la Amazonía es el extractivismo depredador que responde a la lógica de la codicia, propia del paradigma tecnocrático dominante (LS 101). Ante la apremiante situación del planeta y de la Amazonía, la ecología integral no es un camino más que la Iglesia puede elegir para el futuro en este territorio, es el único camino posible, ya que no hay otro camino viable para salvar la región. La depredación del territorio va acompañada del derramamiento de sangre inocente y la criminalización de los defensores de la Amazonía”. [1]
En la Exhortación Apostólica Post-Sinodal, el Papa Bergoglio se refirió a los efectos de las prácticas extractivas sobre el ecosistema integral . “No basta con estar atento al cuidado de las especies más visibles en peligro de extinción. Es fundamental tener en cuenta que 'para el buen funcionamiento de los ecosistemas, también son necesarios los hongos, las algas, las lombrices, los insectos, los reptiles y la innumerable variedad de microorganismos. Unas pocas especies, que a menudo pasan desapercibidas, juegan un papel crítico y fundamental para estabilizar el equilibrio de un lugar". Esto se pasa por alto fácilmente al evaluar el impacto ambiental de los proyectos económicos en industrias extractivas, energéticas, madereras y otras industrias que destruyen y contaminan. Por otro lado, el agua, abundante en elLa Amazonía es un bien esencial para la supervivencia humana, pero las fuentes de contaminación van en aumento”. [dos]
Unas líneas antes, y en el mismo documento, y trazando un equilibrio vegetal entre los biomas del Congo y Borneo , vuelve a alertar sobre las enfermedades prevenibles simplemente respetando el ecosistema natural. “Cuando se elimina el bosque, no se repone, porque hay terrenos con pocos nutrientes que se vuelven un territorio desértico o pobre en vegetación. Esto es grave, porque en las entrañas de la selva amazónica existen innumerables recursos que pueden ser fundamentales para curar enfermedades. Sus rebosantes pescados, frutas y otros dones enriquecen la nutrición humana. Además, en un ecosistema como el Amazonas, la importancia de cada parte en el cuidado del todo se vuelve ineludible. Las planicies de inundación y la vegetación marina también necesitan ser fertilizadas con lo que lleva la Amazonía. El grito de la Amazonía llega a todos porque la "conquista y explotación de los recursos [...] hoy amenaza la capacidad misma de aceptación del medio ambiente: el medio ambiente como 'recurso' pone en peligro el medio ambiente como 'hogar'"[60] . El interés de algunas empresas poderosas no debe estar por encima del bien de la Amazonía y de toda la humanidad ”. [3]
Finalmente, y podrían citarse otros textos de la misma Exhortación , la responsabilidad gubernamental fue advertida dramáticamente por Francisco“Es cierto que, además de los intereses económicos de los empresarios y políticos locales, existen también 'enormes intereses económicos internacionales'”, se vuelve más grave. Por eso mismo, “es encomiable el trabajo de los organismos internacionales y de la sociedad civil organizaciones que sensibilicen a la población y cooperen críticamente, utilizando también legítimos mecanismos de presión, para que cada gobierno cumpla con su deber indelegable de preservación del medio ambiente y los recursos naturales de su país, sin venderse a espurios intereses locales o internacionales.” [ 4]
De base inevitable, precedente y cita profética es Laudato Si' . En ese documento ecuménico, el Papa Francisco advirtió, entre otros conceptos similares, que “un problema particularmente grave es la calidad del agua disponible para los pobres, que causa muchas muertes todos los días. Las enfermedades relacionadas con el agua, incluidas las causadas por microorganismos y productos químicos, son comunes entre los pobres La diarrea y el cólera, que están asociados con un saneamiento y suministro de agua inadecuados, son un factor importante en el sufrimiento y la mortalidad infantil. Las aguas subterráneas en muchos lugares están amenazadas por la contaminación causada por algunas actividades extractivas, agrícolas e industriales, especialmente en países donde la regulación y el control son insuficientes. No pensemos sólo en los vertidos de fábrica. Detergentes y químicos utilizados por la población en diversas partes del mundo continúan derramándose en ríos, lagos y mares. [5]
Es hora de llorar con los que lloran, de gritar la indignación del silencio ensordecedor y de visualizar el evitable horror de quienes se escondían tras intereses indecibles. Pero también es hora de releer estos y otros documentos pontificios con humildad y seriedad. Para que no haya más Yanomami , para que nunca más tengamos que llorar tal horror que nos avergüenza como humanidad y hace sangrar el corazón del Señor. Clamemos orando kyrie eleison "Señor, ten piedad" y tengamos el coraje de practicar activamente la bienaventuranza de los que tienen hambre y sed de justicia (Mat, 5,7) por nuestros hermanos yanomami en la Amazonía y en cualquier parte del planeta
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