La denuncia del caso fue recibida por correo electrónico, la víspera, por la comisaría de Guaíba , informando que los trabajadores ubicados en el barrio Ipe se encontraban en una situación insalubre y tenían dificultades para regresar a sus ciudades de origen. El equipo de la Policía Civil fue entonces a revisar la denuncia y encontró a seis trabajadores de la construcción, que habían sido cooptados por un contratista. La propuesta era recibir R$ 3 reales por metro cuadrado de bloque construido, con un contrato formal, incluyendo alojamiento y tres comidas diarias gratuitas. Al llegar a Guaíba , la realidad, sin embargo, fue muy diferente. Se encontraron con un alojamiento sin camas , con solo colchones en el piso, ducha fría, comida cruda y en mal estado, que parecían sobras. Sin siquiera una taza o jarro para beber, usaron una botella de PET cortada por la mitad para tomar café.
“Llegaron mal envueltos, sin ningún tipo de apoyo en ese sentido. Vinieron a trabajar para la producción y terminaron trabajando solo una semana, pero se quedaron 20 días. Cuando el primer trabajador decidió cobrar sus derechos , pedir el pago y dijo que se iba, fue coaccionado. Seis hombres de una empresa de seguridad se le acercaron, ordenaron que recogieran sus cosas y, de una manera muy truculenta, salieron corriendo con él del alojamiento, para que todos los demás entendieran que quien denunciara correría la misma suerte”, explica la jefa de policía Karoline. Calegari . Tras la expulsión del trabajador, las llaves del alojamiento desaparecieron y el resto del grupo empezó a dormir con la puerta abierta. La situación fue percibida por ellos como una amenaza .
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