Mt 20:1–16
La parábola de la viña seguro que enfureció a mucha gente cuando fue dicha por Jesús. Mateo recoge esa tradición y nos regala un tema interesante. Mientras que hay gente que se cree superior por haberla conocido antes, quienes vienen después tendrían que ganarse el derecho de piso. Esta manera de comprender la sociedad y también los espacios creyentes, como si fuese una pirámide basada en una jerarquía que, para el mundo de la fe, no es algo que ofrezca la Divinidad.
En una sociedad que basa su existir en meritocracias masculinas que creen que todo el mundo puede acceder a lo mismo siempre, la gratuidad es una manera de cuestionar las estructuras sociales que se nos han impuesto como únicas. Y es que ese es otro nombre de la Divinidad que creemos, también la podemos nombrar Gratuidad.
Gratuidad es romper las jerarquías que colocan a unxs como superiores y otrxs como inferiores. Gratuidad es generar espacios donde todas las voces converjan y sean tomadas en serio.
Gratuidad es permitir el diálogo y la construcción de otros saberes.
Gratuidad es cuestionar las estructuras opresoras.
Porque es bueno que pensemos la gratuidad no solo en ofrecer algo gratis, sino también como otra forma de vincularnos para que de ese modo construyamos una cultura que nos permita que todxs tengamos el mismo acceso a las mismas oportunidades. Que la Divinidad-Gratuidad nos ayude a ir quebrando este sistema desde dentro.
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