Con ocasión de la próxima celebración de la Navidad, el Equipo Diocesano de Pastoral Social quiere hacerles llegar está reflexión.
La Navidad nos motiva a poner la mirada en el Niño Dios que nos trae la Paz: Él es nuestra Paz. “La Paz es un bien precioso que se construye día a día, mediante el dialogo, la escucha, la comprensión” (Fratelli tutti, n°226).
La Iglesia nos enseña que es un don de Dios, pero también es una tarea que nos corresponde a todos, en particular a los que tienen responsabilidad de gobierno. Juan XXIII nos recuerda que “La Paz es el resultado de la Justicia y la Caridad” (Pacem in terris n°167). Constatamos que en nuestra Patria la situación social de nuestro pueblo es motivo de padecimiento como consecuencia de determinadas decisiones políticas y económicas. Las actitudes violentas, y en algunos casos expresiones de odio: - 50% de la población en la pobreza. - Crecimiento de los niveles de desigualdad. -
Políticas perjudiciales en relación a los jubilados. - Enriquecimiento de los especuladores financieros. - Traspasos de recursos de los sectores populares a los que más tienen. - Insultos y descalificaciones hacia los que opinan distinto. - Perdida de fuentes de trabajo. - Represión y Criminalización de la protesta. “La pacificación no puede lograrse por la eliminación de uno de los elementos del conflicto” (Pio XII).
- Dificultades crecientes para acceder a la salud y a los medicamentos. - Retención de alimentos destinados a comedores y merenderos. - Un Femicidio cada 30 hs. - Una mujer es golpeada en la cabeza por atreverse a tomar mate en un lugar presuntamente “exclusivo”. Denunciamos estos hechos, y muchos otros más, como violentos y contrarios al espíritu de la Navidad.
Entre los que gobiernan nuestra Nación hay expresiones de gozo y de disfrute al celebrar el mayor ajuste de la historia y sus consecuencias sobre los sectores más pobres de la sociedad. Se hace referencia a discapacidades y capacidades diferentes para insultar y descalificar. Son claras muestras, que se reiteran, de insensibilidad de parte de quienes nos gobiernan; se destaca en primer lugar el Presidente de la Nación.
Nos preocupa que tanta deshumanización, tantas crueldades direccionadas hacia los más débiles, tanta falta de compasión, tengan eficacia política entre algunos sectores de la población.
Recordamos al Papa Francisco: “La verdadera medida de la grandeza de una sociedad, se encuentra en la forma en que se trata a los más débiles y vulnerables” (al Congreso de EEUU, 2015). “Debemos ser prudentes con la economía: si se centra demasiado solo en las finanzas, en meras cifras que no tienen detrás entidades reales entonces la economía se pulveriza y puede conducir a una grave traición” (Papa Francisco a Semanario Tertio, 02/03/2023).
La Doctrina Social de la Iglesia no propone modelos concretos, pero tiene la obligación de denunciar los modelos que oprimen a las personas y a la sociedad.
El Pesebre de Belén nos ayuda a pensar que los bienes verdaderos no están en lo material sino en nuestra relación con los demás, a los que asumo como prójimo y como hermanos. La verdadera Paz, no nos es dada por las armas y la violencia, sino por la búsqueda de la Justicia y la Solidaridad.
Próximamente comenzara en la Iglesia Universal el Año Jubilar. En reciente reportaje el Papa Francisco nos invita a trabajar en Esperanza, Perdón y Justicia
Nos propone avanzar en tres temas: Condonación de la Deuda Externa, Creación de un fondo mundial para la eliminación definitiva del hambre y Abolición de la pena de muerte.
Entre gritos de guerra y amenazas de totalitarismos, en medio de tantos conflictos y contradicciones, entre tantas situaciones de injusticias y opresión, que nuestra mirada, cargada de silencio hacia el Pesebre de Belén impida que se haga natural entre nosotros la propuesta de odio y violencia, porque Cristo es nuestra Paz
Les deseamos una Feliz Navidad a los hermanos y hermanas de Merlo-Moreno Diciembre 2024
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