El viernes, en Buenos Aires, más de 30.000 evangélicos se reunieron en un estadio de fútbol de la capital argentina para escuchar la palabra del predicador estadounidense Franklin Graham, uno de los favoritos de Donald Trump. Un número aún mayor se presentó el sábado.
Graham es el heredero de la poderosa dinastía evangélica fundada por su padre, Billy Graham. Al igual que él, se mantiene cerca del poder y también es la estrella de una gira mundial de "avivamiento cristiano" que lo llevó a docenas de países. El Festival de la Esperanza sigue el mismo formato cada vez. Comienza con actuaciones musicales de gospel que culminan gradualmente en el evento principal: el sermón del pastor y su posterior absolución de los pecados.
Su discurso reaccionario entra en conflicto con las leyes vigentes en Argentina, pero también revela la batalla cultural en curso, defendida por el gobierno de extrema derecha de Javier Milei, que encuentra cada vez más eco en el país.
El sermón de Graham fue interrumpido varias veces por aplausos. El aplauso más cálido llegó cuando mencionó su reunión con Milei el martes anterior. El pastor estadounidense informó en el festival que Milei le contó sobre Moisés, el profeta del Antiguo Testamento con quien le gusta identificarse, y que le dio una Biblia, el mismo regalo que recibieron los asistentes al salir del evento.
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