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(Jesús Bastante).- A reventar. Así estaba
anoche la capilla del Colegio Mayor Chaminade. Más de 600 personas
abarrotaban el recinto para asistir a la conferencia que, organizada por
PPC, impartió José Antonio Pagola. Sentados, de pie, en el suelo, fueron
multitud quienes no quisieron perderse el llamamiento del teólogo vasco a
"Volver a Jesús, el Cristo". Y Pagola no defraudó: "Es hora
de que el pueblo sencillo reclama a la jerarquía el Evangelio, que se apodere
de él". Una tarea para la que el Papa parece estar dispuesto:
"Creo que Francisco será el último jefe de Estado del Vaticano",
profetizó.
Arrancó el
teólogo con el relato de una realidad, la de la Iglesia actual, netamente
pesimista. Y real. Una Iglesia "con actitudes de nerviosismo y miedo, de
autodefensa, que ve al mundo como un adversario, que hace de la condena y la
denuncia todo un programa pastoral". Una institución marcada por el
restauracionismo, la pasividad generalizada, sin actitudes de renovación, con
el pecado de la autorreferencialidad a flor de piel. "Hay gente muy
comprometida, pero la masa de los 1.200 millones de católicos viven en la
sumisión, la obediencia y el silencio, en medio de una religión de
autoridad, y no de llamada". Donde "el pesimismo ha crecido".
Frente a
ello, Pagola invocó la necesidad, la urgencia, de retornar a jesús. "No
sólo una reforma religiosa, sin una conversión al Espíritu de Jesús. No sólo
adhesión doctrinal, sino seguimiento. No sólo cambios, sino actualización de la
experiencia fundante", reclamó el teólogo ante el aplauso de la multitud
congregada.
Y que tiene
que llegar del pueblo, pues "la jerarquía, hoy, no puede liderar una
conversión a Jesús". "Debemos volver a lo que es la fuente y origen
de la Iglesia. Dejar que el Dios encarnado en Jesús sea nuestro único
Dios". Para Pagola, "hay que reformar la Curia, claro que sí, y
cambiar la doctrina, pero antes hay que volver a Jesús. Invocar un clima más
humilde, más gozoso, porque si no seremos cada vez una institución más
decadente, más sectaria, más rara, más triste, más alejada de lo que quiso
Jesús".
Jesús. Un
proyecto, casi una obsesión, una necesidad imperiosa. "Es tarde. Hemos
dejado morir la Cena del Señor porque la Iglesia no se ha planteado en serio
por qué se va la gente", proclamó Pagola, quien denunció que más allá de
la crisis vocacional o el sacerdocio para la mujer, es preciso retornar a
entender a Jesús "no como un Padre o como un Rey, sino fundamentalmente
como lo que fue: un Profeta".
En este
punto, el teólogo -que citó constantemente a Francisco: "Antes no me
atrevería a decir algunas cosas, pero es que el Papa las está diciendo cada
mañana en las misas en Santa Marta"-, llamó a "reconocer nuestro
pecado como Iglesia, y cargar con él. Cuestionar nuestras falsas seguridades,
la santidad de la Iglesia, porque santificamos todo y no vemos las vigas que
hay dentro de nuestra Iglesia".
Y es que
"si la Iglesia no escucha los clamores de los pobres, será sorda. Y
luego se hará sordomuda y no será capaz de anunciar la Buena Noticia",
añadió el teólogo vasco, quien propuso algunas tareas urgentes. En primer
lugar, "reavivar el espíritu profético del movimiento de Jesús. No nos
podemos resignar a vivir una religión cristiana sin profecía".
En segundo
término, "una presencia más activa, indignada y actualizada". Una
renovación en la que "la Iglesia no es lo más importante, si no el
Reino". "Esta renovación no puede venir sólo desde el Vaticano. Ha
llegado el momento de recordar que el Cristianismo no es una religión más, es
una religión profética, para construir un mundo más justo, más solidario,
más sano".
Y, en tercer
lugar, "recuperar urgentemente la compasión. Pues ser compasivos es la
única manera de seguir a Jesús y parecernos al Padre", añadió. "La
Iglesia cristiana ha perdido la capacidad de atraer a la gente, porque no ha
tomado en serio el sufrimiento de los inocentes".
"¿Hemos
de seguir buscando caminos desde una Iglesia que cada vez tiene menos poder de
atracción, o debemos recuperar el Evangelio de Jesús como única fuerza para
transmitir y engendrar la fe?", se preguntó Pagola. La respuesta,
clara: "Hoy, el Evangelio se encuentra atrapado en el interior de una
Iglesia en crisis", por lo que "hay que recuperar el protagonismo
del Evangelio".
Y hacerlo
entre todos. "La gente debe reclamar a la jerarquía el Evangelio.
El pueblo sencillo debe apoderarse del Evangelio", pues "Jesús es
mucho más actual que los sermones que os damos los curas. Dios no está en
crisis, ni está bloqueado. Jesús no ha dado todo lo mejor que tiene".
Este es el
futuro de la Iglesia, un futuro "apasionante" tras la designación del
nuevo Papa. "Francisco está abriendo un tiempo nuevo. Un nuevo estilo de
Iglesia sencilla, pobre, humilde, cercana y dialogante, que se preocupa de la
felicidad del ser humano". En este trance, "el Papa debe encontrar
en nosotros un apoyo total. Si él promueve el cambio desde arriba, nosotros
debemos promover el Reino desde abajo", concluyó, entre una rotunda
ovación.
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