EL OBISPO DE ROMA VISITÓ AMERICA, UN EUROPEO REFLEXIONA SOBRE EL MISMO...
Luces y sombras del viaje del Papa Francisco a Brasil
Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares
12 ago 2013 El Blog de Juan Cejudo
He seguido con interés el viaje del papa Francisco a Brasil. Y he
valorado en él luces y sombras.
LUCES:
Como muchos otros creyentes e incluso no creyentes, me han parecido muy positivos muchos de sus gestos y muchas de sus palabras.
Me
pareció bien que le dijera a los jóvenes que hay que “armar lío” y salir a las
calles, así, con esa expresión tan “activista” que puede chocar a los
“bienpensantes”. Es una expresión que viene a avalar la lucha de los indignados
en todas las partes del mundo.
A los
sacerdotes los animó a salir del aislamiento y buscar a los más alejados de la
Iglesia. La visita a Aparecida en este sentido tuvo una significación muy
clara: la Iglesia debe optar por los más pobres, salir a su encuentro para
ayudarles.
Me
pareció muy importante que abiertamente defendiera la laicidad del Estado, que
hablara de la lejanía de los jóvenes de la política y de la Iglesia. Ellos han
perdido su confianza en las instituciones políticas “porque ven egoísmo y
corrupción y han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la
incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio” y propone
volver a los orígenes y cambiar.
También
ha apostado por un mayor protagonismo de la mujer en la Iglesia y se ha
mostrado comprensivo con los gays.
SOMBRAS:
No me ha
gustado nada la cerrazón que demostró en la rueda de prensa ante la posibilidad
del sacerdocio de las mujeres, que dijo era un asunto cerrado. No comparto ese
punto de vista. La Iglesia debe profundizar mucho más en la igualdad entre
hombres y mujeres, también en la Iglesia, y no cerrar esa posibilidad que ya
está presente en otras muchas religiones cristianas y que no tiene ningún
fundamento- más bien todo lo contrario- en la vida de las primeras comunidades
cristianas, donde las mujeres desempeñaban tareas de gran protagonismo. Esta
posición a favor del sacerdocio de la mujer está hoy muy ampliamente defendida
por muchos teólogos y teólogas en todo el mundo.
No he
escuchado tampoco una crítica clara al neoliberalismo ni a las entidades
financieras y a las multinacionales, responsables de la miseria y desigualdades
de millones de personas en todo el mundo, aunque sí es cierto que ha animado
los jóvenes a comprometerse políticamente para luchar contra las injusticias.
Tampoco
me gustó que no dijera nada de las movilizaciones impresionantes de los
brasileños que protestaban- y con razón- por el aumento del precio del
transporte y por el derroche de gasto con motivo del mundial de futbol. Ahí
seguramente la diplomacia vaticana influiría para no herir la sensibilidad de
las autoridades brasileñas. Pero debería haber sido valiente para hablar sobre
este asunto de gran relieve.
Y no me
gustó nada las palabras que tuvo hablando de los movimientos pentecostales que
él no podía ver en los años 70-80 y que ahora empieza a valorar como muy
positivos. Todos sabemos lo que son estos movimientos espiritualistas, tan
lejos de ese compromiso socio- político con los más desfavorecidos, que la
Teología de la Liberación alienta.
Con todo,
sigo viendo con esperanza a este nuevo papa que aún lleva pocos meses en
el gobierno de la Iglesia. Me encanta su sencillez, naturalidad y cercanía
hacia los más pobres.
Evidentemente,
como dice Arregui, no bastarán sólo los gestos de cercanía y sencillez, sino
que deberá afrontar los cambios profundos que la Iglesia necesita, algunos de
ellos como la reforma de la Curia y el Banco Vaticano, ya puestos en marcha.
Veremos
en los próximos meses cómo se concreta y qué alcance tienen esas medidas y
otras muchas que son necesarias y que deberá llevar a cabo en el terreno
pastoral, moral, litúrgico, de nombramiento de obispos etc…
Cádiz, 10 de Agosto de 2.013
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