Nos comienza diciendo Atilano: "La fiesta del domingo pasado, la de la "exaltación", "el relevo" me gustan más que la ascención; dejaron a los apóstoles y a nosotros abrumados con tamañas responsabilidades!!! Por eso el Maestro se adelantó y les y nos dijo estaré siempre con ustedes..........van a recibir la fuerza del Espíritu" (Hch 1,8) Hoy celebramos el cumplimiento de esa promesa.
¿CREEMOS EN EL ESPIRITU SANTO?
....pero es necesario tener fe, al menos como un grano de mostaza: creer que el Señor puede y quiere liberar en nosotros, en nuestra familia, en nuestra comunidad cristiana las fuerzas del Espíritu, dormidas en el hondón de nuestro espíritu.
Muchos cristianos, quizá alguno de nosotros tenemos una concepción pobre, poco dinámica de lo que es la fe. Admiten, admitimos que el Espíritu Santo hizo maravillas hace XXI siglos, como algo maravilloso por ser el comienzo de la Iglesia, donde los apóstoles iniciaban el camino.... NOOO, la historia está llena de pentescostés, sin ir muy lejos un pentecostés solemne y universal que muchos de nosotros hemos sido testigos y luego actores del mismo, un Juan XXIII anunciando y proclamando el CONCILIO VATICANO II. En toda época y lugar se han producido, se producen numerosos "milagros", de evangelización, liberación y martirio realizados por cristianos empujados por el Espíritu. Él sigue animando y haciendo surgir comunidades que son las verdaderas hogueras extendidas a lo largo y ancho de la Iglesia. Mantengo el recuerdo de las primeras surgidas en el Sur de América, en Montevideo nacidas con un vigor y entusiasmo tremendo...¿ No es esto PENTECOSTÉS? Lo que vemos muchas veces como simple fruto de nuestra acción, los primeros cristianos lo veían como fruto de la acción del Espíritu en aquellos que creen de verdad en Él.
Creer en el Espíritu Santo es reconocer sus impulsos...Celebrar pentecostés es tomar conciencia de esas fuerzas ocultas, dormidas en nosotros, y creer que el Espíritu es capaz de despertarlas y volverlas activas. Si no se cree en la acción del Espiritu, nos hacemos trampas con el Evangelio. Entonces la vida del cristiano y de las comunidades eclesiales se degrada automáticamente a un moralismo minimista y cicatero.
La fe viva en la acción del Espíritu aquí y ahora determina la fidelidad en el seguimiento de Jesús....
Comunidad unida y reunida. Todos los relatos neotestamentarios ponen de manifiesto que el Espíritu irrumpe en comunidades vivas que son "un solo corazón y una sola alma" (Hch.4.32) La comunidad es el lugar natural para descubrir los carismas y discernir los proyectos de Dios.
"Creo en el Espíritu Santo" es testimoniar: Dios es la fuerza de mi fuerza y la fuerza de mi debilidad.- Atilano
¡Qué claridad! Estamos llenos de "Pentecostes" en nuestra vida, yo tuve y tengo un Pentecostes desde la llegada de Orlando Yorio a mi vida y esa experiencia de vida y Evangelio desde el soplo del Espíritu Santo.
espí
¡Qué claridad! Estamos llenos de "Pentecostes" en nuestra vida, yo tuve y tengo un Pentecostes desde la llegada de Orlando Yorio a mi vida y esa experiencia de vida y Evangelio desde el soplo del Espíritu Santo.
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