¿Cuál es el argumento a favor de Parolin como Papa?
Sin duda, se centra en su trayectoria y profunda experiencia diplomática. Hay pocos cardenales que uno pueda imaginar sentados cara a cara con Donald Trump, Xi Jinping o Vladimir Putin y manteniéndose firmes: Parolin ciertamente está en esa lista.
Además, se sabe que mantiene el equilibrio emocional y un gran autocontrol. Si la búsqueda es de alguien que pueda ofrecer gran parte del contenido del pontificado de Francisco, pero con menos giros y sobresaltos, menos "bombas" y sorpresas, puede parecer una buena opción.
¿El argumento en contra?
Si crees que el próximo papa debe ser más combativo, alguien que hable alto y claro contra la persecución religiosa, por ejemplo, y se enfrente agresivamente a los enemigos percibidos de la Iglesia, entonces Parolin probablemente no sea la persona adecuada, que es otra forma de decir que tal vez prefieras a un cruzado a un diplomático.
En un nivel más práctico, vale la pena recordar que antes de Pacelli, en 1939, el último secretario de Estado elegido papa había sido el cardenal Giulio Rospigliosi, quien se convirtió en Clemente IX en 1667, un intervalo de 272 años.
La razón es simple: los secretarios de Estado a menudo están demasiado identificados con el papa al que sirvieron, y han estado en el poder demasiado tiempo y han acumulado demasiados enemigos para ganar dos tercios de los votos en un cónclave donde los cardenales, con larga memoria, todavía albergan resentimiento por las malas acciones o frustraciones del pasado.
Además, existen serias dudas sobre el papel de Parolin en una desastrosa transacción inmobiliaria de 400 millones de dólares en Londres que llevó al llamado "juicio del siglo" en el Vaticano. Si bien la historia es compleja, los expertos pueden preguntarse si el hecho de que Parolin aprobara todas las transacciones disputadas en este escándalo realmente coincide con el perfil de un papa capaz de enfrentar la creciente crisis financiera de la Santa Sede.
¿Conclusión sobre Parolin?
Definitivamente un candidato de primer nivel, pero también hay una poderosa combinación de razones para el escepticismo.
Para aquellos que valoran esto, las famosas (y ampliamente desacreditadas) Profecías de San Malaquías predicen que el último papa se llamaría "Pedro el Romano", y Pietro Parolin, cuyo nombre significa "Pedro" en italiano y que vivió en Roma durante la mayor parte de su vida adulta, tal vez poéticamente encaje en la descripción.
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