Desde Colonia, Lydia Florio de Germán.
Me contó Miguel Curto que este libro son
reflexiones que escribió Cacho cuando estaba ya enfermo viviendo en
el Hogar Sacerdotal. Yo tuve la bendición de trabajar con Cacho durante
10 años. Un verdadero Santo que dió testimonio todos los días de su vida.
El relato de Juan no puede ser más sugerente e interpelador. Solo
cuando ven a Jesús resucitado en medio de ellos, el grupo de discípulos
se transforma. Recuperan la paz, desaparecen sus miedos, se llenan de
una alegría desconocida, notan el aliento de Jesús sobre ellos y abren
las puertas porque se sienten enviados a vivir la misma misión que él
había recibido del Padre.